Por lo tanto, si el palacio Scammacca della Bruca y sus alrededores nos cuentan la historia de Catania en los últimos siglos, una de las decoraciones que enriquece nuestra recepción nos cuenta una historia aún más antigua y típicamente siciliana por temperamento: es la de las "cabezas de moro". ", los jarrones de Caltagirone con rasgos humanos que suelen exhibirse en parejas, un hombre de largo bigote oscuro y una mujer de ojos claros. El origen de estos jarrones está asociado a una antigua leyenda que hace referencia a la época de la dominación árabe en Sicilia.
De hecho, se dice que alrededor del año 1100, época de la dominación de los moros en Sicilia, en Kalsa, vivía una hermosa niña con una piel rosada comparable a las flores de melocotón y un hermoso par de ojos azules como el mar. La joven pasaba sus días cultivando y cuidando las plantas de su balcón.
Un día, de paso por la Kalsa, un moro vio a la muchacha cuidando las plantas, y se enamoró de ella, tanto que entró sin demora en casa de la muchacha para declararle su amor.
La muchacha, impactada por tanto sentimiento, correspondió al amor del joven, pero cuando supo que el moro la dejaría para volver a sus tierras de Oriente, donde la esperaba una esposa con un par de mocosos, esperó a que oscuridad y no lo hizo tan pronto como se durmió lo mató, le cortó la cabeza, hizo un florero donde plantó un poco de albahaca y lo exhibió afuera en el balcón.
Así, el moro, incapaz de salir más, se quedaría siempre con ella. Mientras tanto, la albahaca crecía exuberante y despertaba la envidia de todos los habitantes del barrio que, para no quedarse atrás, hacían construir macetas de terracota con forma de marrón oscuro.
Estos son solo algunos de los detalles que caracterizan nuestra casa histórica: será un placer poder compartir su historia con aquellos que quieran venir a descubrir la ciudad de Catania.